Una alimentación saludable es una nutrición que garantiza el crecimiento, el desarrollo óptimo, la actividad vital plena, promueve la salud y la prevención de enfermedades no transmisibles (ENT), como la diabetes, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Una alimentación saludable a lo largo de la vida es un elemento esencial para preservar y promover la salud de las generaciones presentes y futuras, así como una condición indispensable para lograr la longevidad activa.
El aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y los cambios en el estilo de vida han llevado ahora a cambios peligrosos para la salud en los patrones de alimentación de las personas en todo el mundo.
Hoy en día, las personas consumen cantidades excesivas de alimentos ricos en calorías, grasas, azúcares libres y sal, y al mismo tiempo, son críticamente bajas en frutas, verduras y otros tipos de fibra, como los cereales integrales
La composición exacta de una dieta saludable depende de las características individuales (edad, sexo, estilo de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los productos locales disponibles y las costumbres nutricionales.
PRINCIPIOS DE ALIMENTACIÓN SALUDABLE
El consumo de energía (calorías) debe equilibrarse con su consumo.
Consumo diario de 400 gramos (mínimo) de frutas y verduras, además de papas, y vegetales de raíz que contienen almidón.
La ingesta de grasas no debe exceder el 30% de la energía total consumida.
Las grasas saturadas deben ser menos del 10%, las grasas trans deben ser menos del 1% de la energía total consumida. Es deseable reemplazar las grasas saturadas y las grasas trans con grasas insaturadas, y eliminar completamente las grasas trans de la dieta de la producción industrial